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Pedidos al 336-883-0110 |
2. ¡Los mejores tacos de chorizo que he comido en Estados Unidos han sido los de Mi Taquería!
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¡Los mejores tacos de chorizo de este país los encontrará en Mi Taquería! |
No es necesario ser aventurero para entrar a Mi Taquería, es un lugar amigable donde el comensal podrá comer los mejores tacos de High Point. Y no sólo porque lo digo yo, este año hubo un Torneo de Tacos en Norte Carolina y la única taquería de High Point que llegó a los octavos de final fue, precisamente, Mi Taquería. El manager del restaurante se llama Don Juan, un señor muy amable oriundo de Unión de Tula, en el estado de Jalisco (a tres horas manejando de Manzanillo). Don Juan fue la primera persona mexicana con la que pude conversar cuando nos mudamos a High Point, hace más de un año, y de inmediato me llamó la atención su historia personal. Nuestras trayectorias han sido similares, porque tras llegar al Gabacho en 1986 (a los 23 años) para reunirse con su esposa, Don Juan ha transcurrido su vida entre California (San Pablo), el Pacific Northwest (Seattle) y ahora Norte Carolina, primero en Winston-Salem (donde abrió un restaurante muy cerca de la pupusería El Cuchifrito) y ahora, desde hace seis años, en High Point.
3. Autobiografía de Don Juan
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Pregúntele a Don Juan por las especialidades de la casa |
Siempre lleva una camisa tipo polo de color amarilla con el logotipo de “Mi Taquería” en el corazón y en la espalda. Es seguidor incondicional de las Chivas del Guadalajara. Tiene dos hijas y un hijo también llamado Juan, que acaba de terminar la carrera de bioquímica en UNC-Chapel Hill. Es evidente que Don Juan está muy orgulloso de su hijo, “ahora trabaja en un laboratorio”, me cuenta Don Juan con un tono serio que denota admiración por el trabajo de su hijo. Su hija mayor, de 27 años, trabaja en un hospital donde gracias a su bilingualismo contribuye como mediadora a mejorar la salud de la comunidad de los hispanohablantes de High Point. Y su hija la menor va a la secundaria, y aunque aún no es el momento para comenzar a pensar en su futuro, Don Juan me pide de favor, así como que no quiere la cosa, “póngale ahí en su reportaje que aquí hay mucha discriminación en contra de los hispanos, tal vez porque Carolina del Norte era una de las primeras colonias, yo no sé, pero aquí todos nos discriminan mucho”. Sin embargo, ni la discriminación ni la lejanía de Unión de Tula hacen que Don Juan desdibuje la sonrisa que todos los días lo acompaña. A la tradicional pregunta, que todo migrante en algún momento tiene que intentar responder, de si un día regresará a “casa”, Don Juan responde, mientras se acomoda la red que le cubre el cabello, “un día, cuando me retire, entonces tal vez sí...”, luego me enseña la fotografía de su casa allá en Unión de Tula, una casa chula de ladrillos rojos con arbolitos flanqueando el frente de la cerca. Luego Don Juan se aleja para atender una de las mesas del fondo, donde dos familias mexicanas platican mientras los niños discuten asuntos infantiles. En el radio se escucha una canción de Valentín Elizalde, en las televisiones jugadores de futbol corren persiguiendo el esférico como chicos de parvulario: se trata de un ambiente familiar y mexicano, el sitio perfecto para que cualquier persona se siente a disfrutar una cerveza clara y una orden de los mejores tacos de High Point. Y si no habla español, do not worry, ¡Don Juan speaks English too!
¡El burrito Ponchito!
¡Los domingos hay barbacoa de chivo!
¡Los tacos campechanos y los de alambre harán que regrese por más!
También hay opciones vegetarianas / vegetarian dishes as well
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Huarache de cabeza: ¡más que recomendado! |
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