jueves, 18 de abril de 2013

Explicación que nadie va a leer

He comenzado con este blog para ganar una apuesta. Sin embargo, no puedo negar ni esconder que después de mi primera entrada, un nefasto impulso me ha empujado a perseverar en la escritura y el mantenimiento de este blog. Es un poco como el sexo (no, no se parece ni un poco al sexo), después de la primera entrada uno quiere volver a entrar… Salvo esta licencia, que no es poética, limitaré tanto como pueda mi vocabulario soez y las referencias de mal gusto que tanto me gusta emplear mientras repaso en silencio mis lecciones mal aprendidas de albures mexicanos. Otra cosa: hace poco tiempo, después de tanta resistencia que en realidad a nadie afectó, me he unido a Facebook: una “cosa" rara que también puede ser como el sexo (no, tampoco lo es…), uno entra y ya no quiere salir. Lo del Facebook fue una sugerencia de Israel Pintor, editor de rdeditores, una editorial sevillana donde se publicará la segunda edición de mi librito de microrrelatos (o minificciones) Finales felices. Lo del blog, como ya dije, fue para ganar una apuesta. Cuando ponga el punto final a esta segunda entrada, voy a ir a reclamar el pago a mi deudor. ¿Estás ahí? Bien, pues ahora paga.    

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